jueves, 4 de diciembre de 2008

Me cago en...

La desgracia me persigue con una saña que empieza a preocuparme, algún tipo de dios vengativo la tiene tomada conmigo y con mi circunstancia (lo que vengo a ser toda yo ). Imaginaos que sois guías turísticos, habéis conseguido cita para llevar a vuestro grupo a una solicitadísima exposición de arte romano. Es un trabajo bien hecho, una gestión brillante y no os dais palmaditas en la espalda porque no llegáis. Entráis la exposición, os recibe un guía harto lamioso y almibarado que sin retrasos ni distracciones os guía a través de un bosque de mármol del los siglos I y II d C. tu finges escuchar con interés una historia que conoces de memoria aunque gracias a dios a ratos te sorprende algún dato. De cuando en cuando alguno de los jubilados o jubiladas de clase media tirando a altilla que forman tu grupo se cuelgan de tu brazo para preguntarte algo, decirte lo monísima que estas esa mañana (la tercera edad, el único grupo humano capaz de apreciar mi atractivo físico ¿Cómo me tomo eso?)o comentarte que si esto va durar mucho porque ellos tiene que recoger a los nietos.

De repente y a traición tus tripas empiezan a temblar amenazando tu verticalidad. Te cagas en todo lo sagrado que haya existido desde el s.I hasta hoy, menudo momento para un retortijón. Tratas de mantener la compostura, joder que inoportuno, si solo has desayunado un vaso de leche con galletas y un plátano. Entonces caes en la cuenta de que anoche te comiste una fuente de ensalada entera con mucho apio, toda ella llenita de lechuga y cebolleta, con tomatito y queso griego, mas las tortitas de maíz, mas los tres kiwis del postre y los cereales que estuviste picando después…prometes hacer cenas ligeras si tu colón se porta como un órgano responsable. Pero tu colón no habla ni piensa y por ahí debe haber alguien cuya única dedicación en la vida es hacerte vudú por activa y pasiva. Llega ese momento temible en que debes decidir: o te retiras con dignidad y levantas sospechas de escaqueo entre un grupo de jubilados un pelín quisquilloso o te bates en retirada doblada como una alcayata y acompañada por una fanfarria de metano pero libre de suspicacias. Como si de una novela de “elige tu propia aventura” se tratara escoges la primera opción y te largas por patas pensando. “me cago, me cago, me cago….”Preguntas a una azafata por el baño. Con su mejor sonrisa y tres kilos de rímel te informa que el Hospital de los Venerables Sacerdotes NO tiene baños. Mierda, mierda urgente además. Sales al architurístico Barrio de Santa Cruz cagándote en todo lo sagrado y temiendo hacerlo de un modo másliteral de un momento a otro. Recuerdas las noches de rol en vivo, cuando eran las tres de la madrugada y tu disfrazada de Malkavian te meabas locamente.

Por fin llegas a un bar pijo donde el camarero te fusila con los ojos por entrar al baño sin tomar nada. Si hombre, para tomarse una Coca-cola está la cosa. Sin tocar demasiado nada de nada y preguntándote por qué cojones los dioses te hicieron escrupulosa en lugar de millonaria, dando gracias por llevar dos paquetes de pañuelos encima te libras de la pesadilla. Suspiro de alivio, felicidad. Vuelves a la exposición donde el guía se ha detenido ante la estatua de Trajano y está soltando un rollazo épico sin despeinarse. Un señor se te acerca confidencialmente “¿Te ha pasado algo?Hija has salido como si hubiese visto al coco” Sonríes despreocupada “Nada, una llamada del distrito”. Tampoco es del todo falso, puesto a cagar sin libros, lo mejor es dedicárselo a los jefes.

5 comentarios:

Aranluc dijo...

Momento chungo donde los haya, ese de me estoy cagando locamente y no se como te lo vi a decir. Y ya les vale a los del museo no tener baños, por favor, aunque sea un cagatorium romano del siglo I...

Anónimo dijo...

Hola, cocolina mía.

Sagrado arte el control del esfínter, el terror de los estudiantes en los exámenes chungos. Si eres de los que se cagan literalmente con los nervios del examen lo pasas MAL xD.

Pero...¿y ese momento de placer supremo cuando por fin llegas al señor WC? Gloria.

Anónimo dijo...

XDDDDDDDD Diox, que risa, no puedo evitarlo. Se lo chungo de la situación, pero no lo cuentes con tanto arte XDDDDDDD

Anónimo dijo...

Esto... esto es una forma magnífica de contar algo que a todos nos ha ocurrido alguna vez. Vivan los kleenes, que de tantos momentos terribles como éste nos han sacado.

La verdad es que lo cuentas con mucho gracejo, pero buena parte del interés está en el hecho impepinable de que a todos nos ha pasado alguna vez algo parecido. Por eso a mí me gusta vaciar las cañerías antes de salir de casa... Y es que los esfínteres no perdonan.

Lo que no entiendo, alma de cántaro, es cómo se te ocurrió salir de casa sin ir al retrete habiéndote cenado, ¡tres kiwis! Si los kiwis son el desatascador por excelencia... Es como si has comido mucho chocolate, o garbanzos o judías... Más te vale ir al baño antes de salir si no quieres que te ocurra una de éstas.

Nicasia dijo...

Realmente estaba incubando una gripe gastro intestinal de estas tan divertidas, me he pasado todo el puente a base de acuarius y calditos tirada en el sofá.
Últimamente no levanto cabeza. Pero oye me han llovido mimitos y regalos por mi santo!!!!